La Espada de Cristal

 

Autor/a: Victoria Aveyard

Editorial: GranTravesía

Género: Distopía

Precio: 17.95€

Sinopsis:

La sangre de Mare Barrow es roja (el color de la gente común), pero sus habilidades son plateadas. La corona dice que es un milagro, una imposibilidad. Sin embargo, Mare sabe que hay otros como ella, Rojos con capacidades similares a las de los Plateados, y comienza a buscarlos y reclutarlos para unirse en la lucha contra el príncipe que la traicionó. Poco a poco, Mare se encontrará en una encrucijada mortal en la cual corre el riesgo de convertirse exactamente en la clase de monstruo que quiere vencer.

¿Claudicará ante el peso de la muerte que implica la rebelión, o las continuas traiciones habrán endurecido su corazón para siempre?

«Si soy una espada, soy una espada hecha de cristal, y siento que he comenzado a romperme.»

¡Buenas tardes, soñadores!

Al fin puedo decir que lo terminé, después de tantas interrupciones que han hecho que la lectura se alargara más de la cuenta, os traigo la reseña de un libro que ha dado mucho que hablar este pasado septiembre y del que seguramente habréis leído numerosas reseñas, tanto positivas como negativas. En mi caso no puedo decir que ni lo uno ni lo otro, porque me encuentro en una encrucijada.

El libro arranca directamente desde donde lo dejamos en su primera parte, La Reina Roja, en un vagón metálico, huyendo de la Casa Real y refugiados por la Guardia Escarlata. Al tenerlo un poco olvidado me costó volver a meterme en la trama, situarme en donde me había quedado, puesto que nuestra protagonista hace una escasa referencia a lo que ha sucedido anteriormente, quizás es que estoy acostumbrada a que otros autores hagan eso con alguna trilogía o saga, un pequeño recordatorio para el lector, pero si en este caso concreto estáis buscando eso, vais mal encaminados. Por lo que mi consejo, antes de empezar con su segunda parte, La Espada de Cristal, refresquéis un poco vuestra memoria con alguna reseña, algún resumen o simplemente, como hice yo, leyéndome las últimas páginas de La Reina Roja.

Rápidamente y sin apenas descanso, Mare junto con Cal y el resto de los integrantes de la Guardia Escalara aparecerán en uno de los campamentos de refugiados de Rojos. Habrá reencuentros esperados y otros no tanto, que harán que en escasos minutos, para ser más concreta, tan solo el poner el pie en dicho terreno, volveremos a encontrarnos en una lucha sin descanso, en el afán de Mare de proteger al Plateado, el de los Rojos de proteger a su propio pueblo y la falta de entendimientos de tanto de Rojos como de Plateados sobre personas que se salen fuera de lo normal. Sigue muy en la línea de su primera parte, así como la idea de que Mare no se puede fiar de nadie, algo que no duda en repetirse constantemente como si fuera un mantra, ocasionando con esto que incluso como lectores dudemos hasta del apuntador. 

En todo este follón en el que estamos inmiscuidos, eché de menos la falta de descripción por parte de la autora, es decir, me costaba imaginarme como Mare u otros personajes, superaban las situaciones, puesto que en un momento nos encontrábamos saltando a un lago de aguas heladas, como al segundo siguiente habían subido a una nave casi por arte magia, me faltó ese desarrollo que hace que el lector no tenga duda en cómo se han sucedido los hechos. Que soy la primera que estoy de acuerdo en que las descripciones en su justa medida, pero estas casi entran con calzador. 

Por el contrario en donde si se explayó la autora, fue en el runrún de Mare sobre su desgraciada vida, sus amores contradictorios, su lucha contra el mal… hojas y hojas que a mi parecer resultaban tediosas de leer, pues una vez vale, pero trescientas ya cansan, dan ganas de decirla ¡Venga, bonita, vamos a lo que vamos! Pero supongo que es una forma de que nos identifiquemos más con la protagonista. 

En cambio del resto de los personajes, seguimos sabiendo solo aquello que intuye Mare, por lo que volvemos a la sensación que os comentaba antes de ¿Quién fiarse? Y por supuesto entre todos los personajes, hay uno que no podía faltar y ese es Maven, ¡Ay, el principito rey! Las pocas partes en las que se le ha hecho mención o ha aparecido me han encantado, y no por nada, sino porque es malo, malo, malo de narices y más listo de lo que en un principio podríamos sospechar.

Ahora después de las idas y venidas de Mare, las cuales parecían una auténtica locura y algo tediosas, llegamos al final, la verdad es que no sabía cómo iba a conducir la trama la autora, pero tengo que reconocer que ha vuelto a conseguirlo, ha vuelto a dejarme con ganas de saber que sucederá en su tercera parte. Aunque tras acabar me quedé con la sensación de que tenía numerosos parecidos con Amanecer Rojo (He dicho ya que soy muy fan) o Los Juegos del Hambre, esperemos que no acaben exactamente igual que su predecesoras.

En general es una lectura amena y entretenida, con bajones y subidas inesperadas que harán que el lector se quede pegado a sus páginas.