¡Prepárate 2017!

¡HOLA HOLITA Y…!

Un año se nos ha ido y aquí viene otro cargadito de nuevas aventuras, nuevas lecturas y a saber que más, pero creo que eso es lo bonito, no del año, sino del día a día, nunca sabes cómo, cuándo, dónde y por qué algo o alguien nos sorprenderá. Quizás este es un hecho que se ve maximizado con el comienzo de año, así que desde este pequeño rincón os animo a que no sea solo por empezar un año distinto, un nuevo impar, sino a disfrutar de cada momento, de reír, de llorar, de pasar situaciones buenas y no tan buenas, porque todo ello nos complementa a nosotros mismos.

En esta entrada, en la que quizás muchos no lleguéis a leerla hasta el final, es simplemente un sentimiento, varias opiniones y diversas cosas que me hicieron reflexionar sobre el año pasado y que me gustaría comentar, porque seguramente serán cosas que a muchos nos haya pasado, o quizás no.

¿Cambio de año es igual a cambio de vida? Muchos pensareis que sí y otros diréis que no. Pensamos que haciendo este tipo de “cambios” no volveremos a caer en lo mismo, no nos volverá a pasar, que no nos sentiremos de la misma manera, pero ¿Quién nos lo asegura? Nadie. No con esto no quiero decir que yo misma no haré cambios, sino que prefiero no llamarlo así, sino más bien nuevas experiencias que quiero vivir y ¿si sale bien? Pues adelante, lo haré con más ganas. 

Por eso si algo hay algo que decirle a este 2017, con su numerito impar, ¡Es que se prepare! Que lo desgataremos como se merece, con todas sus horas, sus meses y sus estaciones. Que un día malo, podrá ser malo, pero que no por eso nos dejaremos vencer, ni decaeremos en el camino de alcanzar, ya no nuestros sueños, sino todo aquello que nos propongamos: aprender un idioma, aprender a bailar, viajar a tierras remotas, cambiar de trabajo, buscar nuevas metas… 365 días por delante para exprimirlos como mejor nos convenga, disfrutando de quienes tenemos a nuestro alrededor, pero sobre todo de disfrutar de nosotros mismos, apasionándonos lo que hacemos, riéndonos a carcajadas, amando y dejándonos amar, sin cerrar puertas y asegurando aquellas que cerramos el año pasado, porque si se quedaron así seguramente fue por algo. Abriéndonos a nuevas personas, nuevas experiencias, por eso seamos exigentes y que este año no nos dejes nada por hacer, de conseguir, ya se verá por donde sales esos caminos insospechados, pero lo importante es recorrerlo, haciéndolo único y especial, haciendo que aquello que hagamos nos llene. 

¿Y del sufrir? No te preocupes, habrá momentos en los que también uno se encuentre decaído, pues es permitido, pero no nos estanquemos, que no nos tape el sol que siempre sale cada mañana. Que los nos pensamientos no nos traicionen y nos hagan ver cosas que realmente no existe, si eso es así, entonces intentemos tomar distancia y con ello poder ver dónde está el obstáculo.

Fuera miedo, barrámoslos, no dejemos que se interpongan, que nos hagan pequeñitos y con ello abandonar, ¡Lancémonos al vacío! Hemos venido a jugar, a caer – levantarnos, a no dejarnos vencer, a vivir al máximo sin pensar en el después, pues a veces el pensar no trae nada bueno nada más que enrollarnos en un ovillo que quizás no podemos salir y con ello llevarnos el nosotros mismos, el yo que con el que compartimos nuestra vida.

Seamos más nosotros mismos sin mirarnos por encima del hombro sobre el que pensaran o el qué dirán, bah, eso de nada nos va a servir nada más que para generarnos un malestar que ni necesitamos ni nos hace falta. 

¡Vamos allá! ¡Y comámonos este 2017! ¿Os atrevéis a intentarlo?