Buenas tardes soñadores,
Hoy os traigo una nueva reseña en el blog, una novela llena de amor y vida, creo que con esas dos palabras sería capaz de definir el nuevo libro de Alice Kellen, “El chico que dibujaba constelaciones”.
Hoy os traigo una nueva reseña en el blog, una novela llena de amor y vida, creo que con esas dos palabras sería capaz de definir el nuevo libro de Alice Kellen, “El chico que dibujaba constelaciones”.
Cuando me decidí a empezar este libro tenía claro que me iba a gustar, me gusta como escribe Alice Kellen, como consigue que una novela con una trama que puede parecer a simple vista sencilla, acaba calando hasta en lo más hondo y en este caso solo puedo decir que esta última novela ha calado muy hondo.
El chico que dibujaba constelaciones se presenta como una novela sencilla, llena de sentimiento, en donde chico conoce a chica y a partir de ahí comienza la aventura, pero tiene ciertos handicaps. La trama se desarrolla en los años 60 y viviremos con ellos esos cambios de mentalidad, en como Gabriel, nuestro protagonista, animará a Valentina a descubrir un mundo que por su condición de mujer le ha estado vetado. El poder acompañar a ambos personajes en sus momentos más duros y más felices, nos descubre que todo tiene un por qué, que porque no mantener esos recuerdos vivos en la memoria a través de la creación de constelaciones.
A pesar de que en esta novela aparecen otros personajes secundarios que tendrán gran importancia en la toma de decisiones de sus vidas, nada os hará desenfocarnos de la realidad que viven, haciendo que poco a poco Gabriel y Valentina se os vayan clavando en el corazón, por su forma de ser, por presentarnos emociones reales y sentimientos muy vividos, pudiendo ponernos en su situación de una manera tan sencilla que luego será difícil dejarlos salir.
El chico que dibujaba constelaciones se presenta como una novela sencilla, llena de sentimiento, en donde chico conoce a chica y a partir de ahí comienza la aventura, pero tiene ciertos handicaps. La trama se desarrolla en los años 60 y viviremos con ellos esos cambios de mentalidad, en como Gabriel, nuestro protagonista, animará a Valentina a descubrir un mundo que por su condición de mujer le ha estado vetado. El poder acompañar a ambos personajes en sus momentos más duros y más felices, nos descubre que todo tiene un por qué, que porque no mantener esos recuerdos vivos en la memoria a través de la creación de constelaciones.
A pesar de que en esta novela aparecen otros personajes secundarios que tendrán gran importancia en la toma de decisiones de sus vidas, nada os hará desenfocarnos de la realidad que viven, haciendo que poco a poco Gabriel y Valentina se os vayan clavando en el corazón, por su forma de ser, por presentarnos emociones reales y sentimientos muy vividos, pudiendo ponernos en su situación de una manera tan sencilla que luego será difícil dejarlos salir.
Este último aspecto es el que me ha hecho darme cuenta de que febrero ha empezado con mucha fuerza y sentimientos, puesto que al llegar al final de esta historia, ha habido algo indescriptible que ha hecho que no pudiera evitar decirme a mi misma “Este libro ha calado” y creo que desde ahora esta breve novela tendrá un lugar muy especial.
Es una novela que se lee rápido y de una manera ligera, muy recomendada para esas tarde que uno no tiene muy claro que leer. Os invito a vivir una vida diferente, a conocer a sus personajes y sobre todo a disfrutarla con el corazón.
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