Reseña: Y yo a nosotros

Buenos días soñadores,

Hoy os traigo una nueva reseña que estaba deseando realizar y llevaba demorando demasiado tiempo. Fue una lectura de agosto que como yo muchos lectores estábamos esperando, conocer finalmente el desenlace de la biología de Elsa García.

Tras dejarnos con la miel en los labios con el final de Y yo a mí, no era de esperar el revuelo que se generó con su segunda y conclusiva parte y es que no ha sido para menos. Demasiadas incógnitas que conocer, la necesidad de comprobar que ha sucedido después de esos 20 meses en donde Jota nos dejó abandonados a todos.

Y yo a nosotros, empieza de la mejor manera posible o quizás de la más extraña, pero aun así necesaria para todo lo que se desarrollará en apenas 281 páginas. La espera de Jota ha dejado muy tocados al resto de los integrantes de esta familia tan curiosa, sobre todo a Gael y Nit, quienes han continuado con su vida, con Jota siempre en mente, pero lo único que hará que esta vuelva será una razón de peso que no podrá eludir. 

Desde ese momento, desde esa nueva aparición de Jota los nervios están a flor de piel, ¿Qué le habrá pasado? ¿Como habrá superado lo de Enzo? y sobre todo ¿pretende quedarse finalmente? Como lectores la tensión era palpable en el ambiente. El regreso de Jota la hará darse cuenta a ella misma que el grupo ha cambiado, nuevos integrantes, nuevos lazos se han formado y entre ellos tendremos la oportunidad de conocer a Lucas, quien ha escuchado demasiado hablar sobre Jota y no sabe que esperarse.

Lucas y Jota serán un choque de trenes en toda regla, ambos tan diferentes pero a la vez tan iguales. Él tan encantador y ella con tan pocas ganas de vivir un remember, un tira y afloja que hará que haya momentos en los que troncharse de risa y otros en los que realmente se nos encoja el corazón por los caminos que se están tomando. 

Y a esto añadamos que sin comerlo ni beberlo estarán más unidos, para ser exactos entre cuatro paredes, o bueno las que de un piso, el de Jota y lo que comenzó como una simple amistad, poco a poco se irá tornando en algo más y es que el dicho de que el roce hace el cariño… y algo más les viene que ni pintado. 

Pero que tampoco se nos ocurra perder de vista una realidad, Enzo. Un nombre que ha despertado suspiros pero también ciertas crispaciones, o por lo menos en mi caso. Ojo, que no se nota de que Team soy. En esta segunda parte veremos un Enzo que no me esperaba, por momentos me decepcionó y otros me daban ganas de darle un abrazo, una bipolaridad que me duró todo el libro.

Me encantó como la autora introdujo otros aspectos que hoy en día en la sociedad siguen haciendo mella y nos deja con el pensamiento de como puede haber gente de esa calaña, en este caso me estoy refiriendo más en concreto al tema de la homofobia, en donde Y yo a nosotros, encontraremos una escena en la que se os pondrán los pelos de punta, la frialdad de los atacantes y la ira y desconcierto de los amigos de Gael. 

Y es que los personajes que nos presenta en esta ocasión Elsa, han madurado, han evolucionado y eso se nota, ya no son unos niños y eso me encanta. Se nota que ninguno se ha quedado estancado, que el crecimiento ya sea por su profesión o por los palos de la vida, les han hecho reales, palpables y personalmente creo que el poder disfrutar de eso en un libro es excepcional. 

Nada sucede por suceder, todo tiene un por qué muy bien argumentado, que nos hará darnos cuenta de que no todos los cuentos son de comieron perdices y fueron felices, sino que después de que nadie comió esas perdices, hay más allá, secretos inconfesables que se irán desvelando quizás de la peor manera, pero que todo fluirá hasta un verdadero final. No quiero desvelaros mucho más, pues para entender de lo que hablo, sería necesario que os adentréis en la novela.

El final en sí, era todo lo que esperaba, no hay tramas forzadas, sino realistas. 

Espero poder disfrutar de más novelas de Elsa García, porque desde que la he descubierto ha sido una sorpresa tras otra y no creo que haya nada mejor que una autora jamás pierda esa magia a la hora de sorprender.