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martes, 21 de marzo de 2017

Hablando de: La obsesión de los selfies


Vivimos en un mundo en donde las redes sociales dominan nuestras vidas, llegando a puntos de los que quizás apenas somos conscientes de ello. Un mundo en el que la autoestima, la sensación de bienestar y el sentimiento de ser queridos, se demanda en altas cantidades. Y todo a base de esos famosos botones con forma de corazón o dedito. En cada red social un mundo, en cada cuenta un objetivo y realmente al otro lado de la pantalla un sentimiento anímico.


Cada vez la búsqueda de la aceptación social sube un escalafón más en esta cadena de locura, que no conduce a ningún lado, a ninguna parte. Es la obsesión de los selfies, la necesidad de compartir, pero no de compartir sanamente, sino de hacerlo con la intención del subidón, como una pequeña droga que se cuela en nuestro organismo, que llega sin quererlo y se instala en nuestras mentes.



Pero esto no podía ser de otra manera en los tiempos que vivimos. La aprobación por parte de los demás siempre ha sido una idea que el ser humano ha tenido arraiga desde hace mucho antes de que aparecieran las redes sociales, simplemente esto último ha sido una manera de darle cabida, una vía en la que poder ofrecer todo de nosotros mismos sin pensar en el coste que eso puede conllevar, solo el hecho de gustar. Y la frase de “seguro esto habrá a alguien que le gusta” adquiere un nuevo peso, una nueva perspectiva.



Fotos, fotos y más fotos. Practicar este nuevo deporte, puede realizarse de dos maneras, dos caminos a escoger cuando uno ha decidido ponerse delante de la cámara y apretar el botón de la cámara. Una vertiente divertida, anecdótico y sin presión social. Y luego otra vertiente, más oscura, en donde el peligro de la drogoself adquiere un matiz diferente, un individuo con ansiada de encajar, de sentirse importante en ese pequeño mundo a través de me gustas, poniéndose con ello en una situación de vulnerabilidad, de condicionante. Un termómetro de corazones que hará que tu día mejore o empeore. ¿Cuántos podría hacer falta para sentirse mejor? ¿Cuántos harían falta para vivir según tus normas?



No dejes que esto marca tu vida, no dejes que los corazones decidan por ti, ten tus propios principios, busca lo que a ti te haga feliz, sin aprobación social, solo por ti, pues eres el único individuo que realmente puede hacerte feliz.



 
 

Con que más puedes soñar

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