¡Buenas
tardes, soñadores!
No, no me he vuelto loca, se que día es hoy… ¡Viernes 13!
Ahora en serio y obviándolo, me levante con ganas de realizar
una nueva reseña, no sé si esto se hará de forma habitual, pero creo que no hay
nada mejor que irse para el finde con una nueva recomendación, ¿Qué os parece?
Hoy me gustaría hablaros de un libro que me ha encantado, me
ha divertido y con el que he llorado, creo que he hecho de todo, por no hablar
de a la horas que me he costado por su culpa, ya que no podía para de leer.
¿Cuántas probabilidades hay de que te
toque el gordo de la lotería? ¿O de que el chico con el que estás a punto de
casarte se líe con la presentadora más guapa de la tele la misma semana en la
que además pierdes el trabajo?
A Bea le acaba de pasar (excepto lo de
la lotería); así que decide huir y refugiarse en la casa de su excéntrica
familia buscando un poco de paz, aunque acabará trayendo el caos a la vida de
todos. Bea es así. En esta novela vas a encontrar un mercedes rosa, una casa en
los árboles, un pelirrojo de caerse de espaldas (literalmente), muchas risas y
unas cuantas lágrimas de esas que se lloran a gusto, que te liberan y te
reconcilian con la vida. Una historia con la que descubrirás que siempre hay
algo bueno esperándote a la vuelta de la esquina. Si sabes verlo. Y si no la
cagas.
Opinión personal:
En un principio la portada no dice nada, ni desvela lo más mínimo
de lo que va a ocurrir, pero ya os digo que conforme avancéis lo vais a ir
entendiendo todo.
Esta es la segunda novela que leo de Laura Norton, y si la primera me encantó no esperaba menos de esta segunda...
En un primer momento, nuestra protagonista, Bea, nos habla
sobre su maravillosa vida como arquitecta, sobre ese pedazo de hombre que es
Víctor, un hombre triunfador con el que aparte de querer casarse, comparte profesión.
Pero todo se tuerce en cuanto uno se dedica a hacer esas lista de ¿Con quién se gustaría enrollarte si apareciera
ahora mismo por la puerta? ¡Y ZASCA! En toda la boca es lo que le sucede a
nuestra protagonista. Por lo que con ganas de alejarse de todo el mal karma que
recibe día si y día también, abandona la capital, Madrid, para refugiarse en un
pueblo de Cantabria, su tierra natal, y en donde nos esperan más de una locura.
Bea es una mujer muy impulsiva, que en muchas ocasiones no
puede silenciar sus pensamientos, por lo que desde el momento en el que se sube
al tren camino Cantabria, ya la lía, y de verdad os digo, que os vais a
tronchar con su forma de ser, aunque tengo que confesar que al primero me callo
horriblemente mal, pero esto es como en la vida real, conforme la vas
conociendo te va cayendo mejor, y creo que eso fue lo que me paso con ella.
Ya en casa de sus padres, se nos presentara toda su familia
que de normal tienen bastante poco. Su madre, una mujer de pueblo y que tiene
un don especial, su hermana mayor, Irene quien es alcaldesa, su otra hermana, Débora,
quien acaba de dar tener a su primer hijo y es bastante peculiar, y que junto a
su marido nos harán vivir momentos que uno no sabe dónde meterse, y por último,
León, el hermano pequeño y el único varón de la casa hasta que su padre vuelva
de la mar, quien tiene una “relación” porque de verdad que no se sabe a veces
que tiene con un guardia civil, quien tiene un pasado de lo más de
curioso.
Pero por supuesto a todo esto
nos falta ese personaje masculino que hace suspirar, y ese no es otro que
Diego, conocido en todo el pueblo como el viudo adinerado, y quien tiene un carácter
igual de fuerte que nuestra Bea.
Toda la historia se desarrolla en ese pequeño pueblo, y
obviando la cantidad de humor que podemos encontrar, también nos enseñaran como
de todo se sale, como es la mejor forma de enfrentarse a las cosas, y sobretodo
que todo en general incluido el destino conspira para conseguir nuestros
sueños.
También habrá personajes secundarios que rizaran más el rizo
en esta alocada novela.
La narración de Laura Norton, es fluida, entretenida y difícil
de dejar, os puedo decir que de verdad engancha, y cuando te quieres dar cuenta
lo has acabado con lagrimas en los ojos, y no sólo por acabarlo sino por ese
final que hace que se te encoja el corazón de tal manera…
Si queréis pasar un fin de semana divertido y diferente, ¡Id
al norte! Para ser más exactos, acompañad a Bea a Cantabria.
¡¡Hola!!
ResponderEliminarMe encantó este libro y siempre quise tener una casa del árbol ^^
Los personajes fueron entrañables y me hizo reír y hasta emocionarme al borde de las lágrimas. Sin duda una muy buena lectura.
Un abrazo.
Siii!!! Y además que casa del árbol, creo que es hora de mudarse a una de ellas ;p
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