Oye, morena ¿Y tú que miras?

¡Buenos días, soñadores!

Ya estamos en el ecuador de la semana, y ni cuenta nos hemos dado ¿eh?

Pero vamos con la reseña de la semana, ¿preparados?

Hola, soy Coral. Siempre fui una romántica empedernida, hasta que el género masculino me rompió el corazón. Después de varios desengaños, os juro que me dije a mí misma que no iba a permitir que nadie más me hiciera daño. ¡Qué bonito es el amor, pero menuda mierdecita es sufrir por él! Hoy por hoy me considero una mujer relativamente feliz. Trabajo como repostera, tengo unas amigas increíbles y una preciosa hija a la que adoro. En cuanto al temita hombres, lo único que pretendo es disfrutar de un sexo divertido con ellos y poco más. Sin embargo, debo confesar que hay uno que hace que se acelere mi atontado corazón cada vez que lo veo. Se llama Andrew y es el jefe de seguridad de las giras musicales de mi amiga Yanira. Andrew es un bomboncito alto, de ojos oscuros, moreno y terriblemente atractivo. Y si a eso le sumas que conduce una moto y que tiene ese puntito canalla en su mirada que me vuelve loca, ¡ni te cuento! Pero Andrew es esquivo en lo que se refiere a las relaciones amorosas, y eso me hace pensar que a él también…

Opinión personal:

¡Ainss! Es un libro que tenía muchas ganas de leer, desde que supe que Megan Maxwell contaría la historia de Coral, estuve esperando con ansias para hacerme con él. Y es que la verdad, que Megan Maxwell, siempre consigue que me enamore de sus personajes, los crea con ese yo que sé qué, que sé yo, que hace que no te puedas despegar de sus libros.

En esta ocasión, y tras la biología de Adivina quién soy y Adivina quién soy esta noche, las cuales no me entusiasmaron de sobremanera, y se me hicieron tremendamente pesadas.

Nos llega Oye, morena ¿Y tú qué miras?, una nueva perspectiva, desde de la cual seguiremos las pericias en el amor de Coral, que tras varios fracasos amoroso y con una hija adorable a su cargo, le toca enfrentarse a nuevos retos, como el de no enamorarse de nuevo o crear su propio negocio, y es que es... ¡Pastelera!

Coral es una mujer muy impulsiva, en donde en ocasiones no tiene filtros mentales, lo que hará que se meta en más de un problema. Y menudos problemas, de hecho el peor problema que llega a su vida es un moreno, alto e increíble, ese no es otro que Andrew.

Andrew, es el jefe de seguridad de giras de su mejor amiga Yanira, por lo que ya podéis ir imaginando como será este hombretón. Aunque lo que tiene de guapo lo tiene arisco y esquivo con las relaciones amorosas, para él solo existe la chica de una sólo noche, y si te he visto ni me acuerdo. Esto es lo que le sucederá hasta que Coral entre en su vida, la cual dará un giro completo, desesperándole y haciendo que haga locuras que jamás había pensado.

No podemos olvidar, que en esta relación ya partimos con que tuvieron un affaire de una sola noche, y siguiendo los principios de Andrew de no repetir, todo se complicará más, y es que Coral no lo puede evitar, Andrew podría ser el hombre que busca.

Antes de podamos imaginarlo, Coral se ve envuelva en la mentira jamás contando, y el protagonista de esta no es otro, que Andrew, y es que este moreno necesita ayuda para presentarse en la casa donde creció y vivió, hasta que todo se torció con su querida abuela india, una mujer de armas tomar y muy, muy chapada a la antigua.

Por lo que el viaje que emprenderán juntos no sólo será para asistir a una boda, sino que encima que encima en este viaje será imposible que no comiencen a aflorar sentimientos, de los que sobre todo Coral quiere sepultar, y es que no está preparada para otra decepción.

En este maravilloso rancho en donde nos encontraremos inmersos, conoceremos de primera mano a sus inquilinos, y en donde incluso hará ciertas amistades que podrían reconfigurar la estructura familiar que había hasta entonces, y es que Coral, como se diría vulgarmente, tiene boca chancla, y no duda en decir lo que piensa, a pesar de sus consecuencias.

Es una novela en donde los triángulos amorosos están a la orden del día, descubriremos secretos que no son tan secretos, y sobre todo veremos cómo Coral revoluciona ese rancho.

Los personajes secundarios, tendrán gran peso, como Madison o Flor, mujeres que están muy acostumbradas a que sean los hombres quienes manejen el cotarro, pero el aire fresco de nuestra protagonista les hará que vean las cosas desde otra perspectiva. En referente al resto de los personajes secundarios, tengo que decir que nos dará tiempo a conocerlos, o por lo menos saber más de sus vidas lo cual a mi parecer es un gran detalle, por parte de la autora.

Aunque si tengo que destacar lo que más me gusto de esta novela, y que para mí es el quid de la nota que le pondré, fue el hecho de que no nos centráramos en ciudades de gran importancia por su urbanismo, como había sucedido en las novelas anteriores, sino que nos introduciremos en  un pueblito recóndito de Wyoming, ofreciéndonos un aire nuevo y fresco, pero aun teniendo este nuevo aire, veréis que es difícil su desvinculación con el resto de novelas que conforman esta saga de libros independientes.

Aun siendo un libro bastante gordito, se lee con rapidez, aunque en ocasiones me resultó algo pesado, porque notaba que no avanzaba, sino que nos quedábamos estancados en los mismos sentimientos y las mismas situaciones.

¿La recomendaría? Sí. Ligera, divertida y muy Megan Maxwell, ¿Viajamos a este maravilloso rancho?