Mysterium. Rozando lo prohibido

Buenas noches, soñadores:

Uff hoy me pilláis a estas horas porque ni tiempo me ha dado, menudo día, pero ya estoy aquí con una nueva reseña.

Hoy vengo a hablaros de un libro que encontré en Amazon, directamente me lo sugirió y la verdad es que me apetecía adentrarme en un mundo de sombras y hechos inesperado…

¿Alguna vez has creído en lo paranormal? Yo no.

Jamás había creído en tales cosas, pues todo me resultaba pura fantasía. Historias utópicas e imposibles extraídas de una mente con exceso de imaginación. Pensaba así hasta aquel día…

Toda mi existencia había sido completamente normal hasta que ocurrió lo inalcanzable, imposible e inimaginable.

Nunca creí en nada pero ese día…

Abre este libro y descubre entre sus páginas los misterios que ocultos, aguardan en su interior. 

¿Te atreves?

Opinión personal:

Es un libro que tras acabarlo se me presentó como un debate interno ¿Me ha gustado? ¿No? ¿Qué pienso de él? Así que vayamos por partes.

El mundo que nos presenta su autora desde un principio es bastante inconexo, como lectores nos costará un poco situarnos en donde nos estamos adentrando, pero conforme vamos avanzando nos va quedando más claro, así que paciencia, no desesperéis.

Tras ese principio en el que no tenemos muy claro porque caminos nos conducirá la autora, nos encontramos con nuestra protagonista, Evangeline, tanto ella como su familia se trasladan a otro país y a otra ciudad, todo sea por empezar de cero y que los recuerdos no encojan el corazón tanto como lo hacían en España.

Evangeline de por sí es una joven que le cuesta relacionarse con sus iguales, y sólo encontrará esa conexión con otra chica que tiene mucho que ver con ella, más de lo que en una primera impresión podríais imaginar.

Por lo que rápidamente nos encontramos en un pequeño pueblecito de Alemania, en donde todo no es tan normal como pudiera parecer en un primer momento. Desde la primera noche que pasan en la nueva casa comienzan a oírse extraños ruidos, respecto a esta narración tengo que decir que la autora lo hace de fabula, en cuestión de minutos consigue que página tras página se te vayan poniendo los pelos de punta.

Tras esta situación de lo más peculiar y pensando que no volverá a ocurrir, los ruidos se van precediendo noche tras noche, y será cuando no sólo Evangeline lo oye, sino que todos los inquilinos de la casa comienzan a ser conscientes de que algo raro está sucediendo, y es que alguien les está rondando, ¿Quién o qué podría ser?

Como en toda novela romántica paranormal estaréis esperando el personaje masculino, en este caso es Amadeus, un joven atormentado con una misión a cumplir, pero que todo se torcerá en cuanto conoce a Evangeline.

Sólo obtendremos la visión de Evangeline en todo momento, y cuando me refiero a esto, es que no podremos comprobar cómo se sienten el resto de los personajes respecto a lo que están viviendo, ya que es ella la que narra la historia, pero llegando al final la autora cambiará de referente, y podremos ponernos en la piel de Amadeus ¿Qué siente? ¿Qué piensa? Ya os digo que esto era necesario…

Ahora es cuando muchos pensaréis ¿Y tú debate interno? Bien, me encanta la forma que tiene la autora de meternos ese miedo en el cuerpo, pero me choca bastante que tras ese momentáneo segundo en el que ya sabemos lo que sucede… es como si todo se me deshinchara, como si esa atención que había captado desde un principio se esfumara al pasar a una narración bastante rápida hasta concluir. Aparte de que hay algo que me espina, y es el comprobar que pasamos de tener un miedo atroz a aceptarlo como si fuera la cosa más normal del mundo.

También tengo que decir que en algunas situaciones se me hacia tremendamente pesado continuar, simplemente porque creo que nuestra protagonista desvaría demasiado para no contar nada, ¿no sé si eso os ha pasado con otros libros?

Aún con todo esto no dudaré en continuar la trilogía, porque si hay algo que os puedo asegurar es que cuando lleguéis a la última hoja y leáis el “Continuará…” os quedaréis con las ganas de saber más, a mí por lo menos me ha picado el gusanillo y no dudaré.