Lo que el alcohol ha unido que no lo separe la resaca

¡Ya estoy de vuelta! Sí, soy yo.

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que subí una reseña o hice algún tipo de aparición por aquí, pero entre un viaje y otro apenas he tenido tiempo, aparte de falta de ganas.

Ahora que todo se ha estabilizado más puedo decir que estaré más presente tanto por aquí como por el mundo de las redes sociales, que no son pocas.

Hoy me gustaría hablaros de un libro que tuve… que tuve ganas de leerlo en este mes que hemos dejado y que la verdad no fue nada de lo que esperé, por no hablar de que lo acabé a duras penas y a trompicones, pero antes de desvelar nada más vayamos por el principio y con ello desvelaros de cual estoy hablando.

 

Autor/a: García de Saura 

Editorial: Esencia

Género: Romántica

Precio: 14.90€ / 4.99€ digital

Sinopsis:

Cuando Lucía está a punto de casarse con Miguel, al que considera el hombre de su vida, descubre que le es infiel. Dolida y desengañada, preparara un plan para dejarlo plantado en el altar y desenmascararlo frente a los invitados.

Tras el caos que organiza durante la ceremonia, sus amigas deciden salir con ella de juerga para no dejarla sola en la que hubiera sido su noche de bodas. Al regresar a casa, un despiste y una estrambótica y desternillante situación harán que ella y sus amigas acaben detenidas por unos agentes muy sexis. A partir de ese momento, la vida de Lucía y del teniente Urbano quedarán unidas para siempre; aunque para Lucía, escarmentada con el género masculino, no será fácil reencontrarse con el responsable de su detención. ¿Conseguirá el guapo, cabezota y mandón «soltero de oro» romper la coraza antihombres de Lucía?

 

Opinión personal

¿Cómo acabé leyendo este libro? La verdad es que me apetecía algo ligero, divertido y sobre todo que no fuera muy denso, pero creo que me encontré todo lo opuesto y me costó más de lo que hubiera imaginado acabarlo.

Así a simple vista uno podría suponer lo típico, novela romántica con cierto toques de humor y con final previsible, no nos engañemos buscaba eso, pero de humor tuvo poco y de amor… demasiado y destartalado.

Nuestra protagonista principal Lucía es una mujer que a pocos momentos de casarse suelta el bombazo de su vida y con ello no tendremos ni boda, ni banquete, ni música, pero sí, una nueva vida con muchas ganas de salir adelante y como podéis imaginar por el título podéis presagiar que nos iremos de fiesta. Una fiesta que acabará de la peor manera, en comisaría, pero eso sí, con más de un número de teléfono. A partir de aquí la vida de Lucía y de Urbano cambiará para siempre.

Es aquí cuando todo se irá desarrollando como imagináis, sencillo y básico, a mi parecer, no he visto ninguna evolución de personajes, si saltos a tropel de personalidad e incluso de escenas, a veces leía y tenía la sensación de que no estaba entendiendo muy bien la sucesión de los hechos, lo que hizo que no conectara con los personajes. 

Y lo que había empezado como la historia de dos personas, se convirtió en un la historia de todos, me gusta que las autoras nos ofrezcan escenas con los otros personajes que aparecen en la trama, pero creo que en esta ocasión me ha parecido excesivo y fuera de tiesto. 

Creo que la autora ha intentado mezclar el romance con el suspense y la acción, esto último difícilmente ha encajado después de tanto amor eterno. Este intento con el calzador, en diversas escenas, ha supuesto la trama en sí tuviera menos sentido, quizás si todo se hubiera desarrollado de otra manera esto no habría supuesto tanto contraste y si que hubiera tenido mucho más sentido.

Podréis pensar que nada de esta novela me ha gustado o por lo menos no ha sido todo lo que había esperado y así ha sido, aunque el final tuvo su punto álgido, ofreciendo un giro sorprendente que luego se ha quedado en un simple “mucho ruido y pocas nueces” y con mis expectativas aún más bajas.

De momento creo que no deberé de dejarme ir tanto por portadas bonitas u estrambóticas.