¿Lunes? ¿Ya? Cada día el fin de semana se me hace más corto,
pero bueno, ¡Al lío! Este lunes os traigo una de las novelas de las que más se
está hablando por las redes sociales, ya que pertenece a Olivia Ardey, autora de otras novelas como “La dama de tréboles” o “Dulces
y Secretos en Manhattan”, por lo que primero empecemos por su portada y
sinopsis:
Carol Coleman y lord James MacLeod
saben que se la juegan. Ella puede perder el trabajo de su vida, él, parte del
legado familiar, una pieza de arte única de gran valor sentimental. Ambos serán
duros rivales en una subasta. Carol confía plenamente en sus nervios de acero
para conseguir otro éxito profesional y adquirirla para su galería, pero el
irresistible y persuasivo Mac, le pondrá las cosas muy difíciles... ¿Estarán
dispuestos a renunciar a lo que más les importa por amor?
Un engaño inocente, los secretos de
Mac, el regreso inesperado del pasado de Carol y el recuerdo de unos hechos
sucedidos durante la Navidad de 1914, pondrán en riesgo la firmeza de sus sentimientos.
Que la fuerza del amor y la magia de
Escocia les acompañen.
Opinión personal:
Para empezar he de decir que la portada no me gusto nada, de
hecho el hombre que aparece me da hasta algo de miedo, y mata la idea que tú te
puedas hacer del protagonista, ya que en este caso tu propia imaginación está
cuestionada por la portada.
Quizás ese fue ya un punto en contra de la novela, pero como
ya sabéis no me gusta juzgar sin leer, por lo que sin ideas preconcebidas, y
creando a mi propio James MacLeod, Mac para los amigos.
Se nos presenta una mujer como es Carol Coleman, bastante
fría y algo cargante, vale que sea inglesa, y en toda la novela se nota ese
carácter tan marcado de los estereotipos ingles, pero ¿tenía que ser tanto? A
veces me daba la sensación de que fuera como un robot, quizás por lo que
conllevaba en su infancia, pero a veces he de decir que su actitud ha sido de
niña caprichosa y enfadica, por no decir que algunas de las discusiones con Mac
eran totalmente ridículas.
"Es una gran ironía que
seamos capaces de descubrir rincones ignorados de la galaxia, sondear las simas
de los océanos o explorar territorios inhóspitos, y no hayamos dado todavía con
la clave que dirige los designios del corazón humano."
Por el contrario Mac, es un hombre escocés más de impulsos,
según siente lo hace aunque en ocasiones tiene un genio de mil demonios, pero
de los dos era el que más vidilla daba a esa relación tan precipitada que surge
de un viaje en avión, por no decir que tiene más paciencia que un Buda.
"-Para mí significa
“única entre todas” y cuando pienso en ti, no me viene otra palabra a la boca –
declaró muy serio -. Para usar eufemismos como “amiga especial” tendría que
estar hecho de una pasta más blanda."
Este último aspecto, del romance precipitado, me chocó
bastante, quizás porque estoy acostumbrada a que las relaciones entre
protagonistas, ya sean amistosas o amorosas, sucedan despacio, no como si una
hada te hubiera tocado con su varita y ya te hubieras enamorado de él, creo que
fue bastante precipitado en ese sentido.
Tras estos dos personajes principales, a los cuales también
tuve la sensación de que no se les daba la importancia que correspondía,
estaban esos personajes secundarios, que realmente me endulzaron con sus
locuras y bromas, esos son Mari, una enfermera española, y Dick Evon, el loco
informático del sótano. Ambos personajes viven en la misma casa que Carol, y
son los que realmente ponen en situaciones bastante divertidas a nuestra
protagonista inglesa.
Otra de las cosas que tampoco entendí, fue la importancia que
se le da, y por lo que todo empieza, a la partitura de Gruber, la cual aparece
dos veces contada, y bueno esperaba algo más de intriga hasta que… No quiero
develar tampoco mucho.
Pero a mi parecer, y es sólo una opinión, esta última novela
de Olivia Ardey no ha conseguido cautivarme, en ocasiones hasta me ha costado
continuar, y si lo he hecho ha sido por Mari y Dick, pero no me he sentido
conectada con los principales personajes.
Gracias por tu opinión y, sobre todo, por leerla hasta el final a pesar de no gustarte. Un abrazo
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