Además de ser una joven independiente, rebelde y decidida,
Jacinda es una draki, una descendiente de dragones capaz de adoptar forma
humana para vivir entre los hombres sin llamar la atención. Un día pone en
peligro a su tribu rompiendo una de sus leyes más sagradas, y para evitar el
castigo se ve obligada a huir con su familia al mundo de los mortales, donde,
poco a poco, su draki morirá y ella se convertirá en una humana más. Sin
embargo, Jacinda no está dispuesta a renunciar a su esencia sin luchar, aunque
para ello deba acercarse al mayor de sus enemigos, un atractivo y enigmático
cazador de drakis que, con una simple mirada, despierta todos sus instintos.
Poderes míticos, luchas de clanes y un amor imposible dan forma a la historia
de dos jóvenes que cruzan la antigua línea divisoria que los separa
con resultados
imprevisibles.
Opinión personal:
ueno, al final me anime! Había visto el libro un montón de
veces por la red, en librerías e incluso por la calle, pero no me había
atrevido todavía a hacerme con él, quizás porque lo veía demasiado juvenil o
simplemente porque no había reparado en él como esta vez sí lo hice.
|
La historia comienza con una joven de 16 años, Jacinda, es la
única draki capaz de escupir fuego, por lo que para el resto de su manada de
draki es única e irremplazable, por lo que intentaran controlar su vida al máximo,
de ahí que se meta desde el principio en líos, y es que esta especie es
perseguida por los cazadores, quienes los matan y comercian con sus pieles,
sangre… con todo su ser vaya.
Por supuesto tenemos al futuro marido de Jacinda, porque
obviamente al ser la única de su tipo necesitan que se apareen, y como no, el
hombre elegido es el príncipe Cassian, un joven de apenas 18 años, quien
promete demasiado pero cumple poco, y la verdad es que no es santo de mi
devoción, porque estoy convencida de que esconce algo.
¡Pero aquí llega el quid! Como no, Jacinda tras meterse en
problemas con los cazadores, y sobre todo con uno de ellos Will, a quien más
adelante se sabrá que es diferente… La madre de Jacinda, no duda en que es hora
de salir de la manada, consciente de que su hija corre peligro, por lo que
cogiendo a su otra hija, Tamra, que es gemela de Jacinda, pero creo que eso es
lo único que comparten sangre y aspecto, porque de personalidad son totalmente
diferentes, y realmente Tamra no es santo de mi devoción, puedo llegar a
entender que al no poder metamorfearse puede sentirse celosa y envidiosa, pero
en algunos momentos del libro sus celos y envidia hace que una le dé ganas de
darle un bofetón por insolente.
Bueno que me desvío, tras haber salido de la manada se
dirigen a Chaparral, un sitio en pleno desierto, cerca de Las Vegas, y en donde
deberán comenzar de nuevo, y Jacinda es consciente de que ese ambiente está
matando a su draki, pero si con eso no había suficiente, el primer día de
instituto se encuentra con Will, el cazador que la salvo de morir a manos de
los suyos, y a sus otros compinches… Por lo que a partir de aquí es cuando
comienza el amor-desamor de ambos, la supervivencia de su draki, y el tener que
amoldarse a una vida que no es la suya, aunque tanto su madre y su hermana es
lo que siempre han deseado.
En todo el libro, ambas, madre e hija, refiriéndome sobre
todo a Tamra, no han sabido comprender por todo lo que ha tenido que pasar
Jacinda, y era más que desesperante, en todo momento he esperado algo, aunque
fuera un poco de empatía, pero nada, solo pequeños detalles de porque pasa lo
que pasa, aunque sinceramente soñadores, el libro no es para echar cohetes, el
principio y el final han sido muy espectaculares, pero del resto demasiado
flojo, una típica historia de amor de otro mundo, y si no fuera porque quiero
descubrir ciertas cosas de los drakis y los cazadores creo que no seguiría con
su lectura, por lo que sí, tiene amor, magia, algo de acción, pero me falta un
puñado más de todo, más emoción.
Puntuación 2/5 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario