Me he ganado cada uno de mis billones de dólares por mí mismo. Soy calculador, astuto, y el mejor en lo que hago. Lleva tiempo y dedicación construir algo como lo que tengo. Y eso no deja tiempo para el amor, ni para novias ni para relaciones de ningún tipo.
Pero no me malinterpretes: no soy un monje.
Comprendo la atención y la concentración que hay que tener para seducir a una mujer guapa. Son las mismas habilidades que utilizo para cerrar grandes negocios.
Pero todo eso empieza y acaba en una sola noche. No soy el tipo de tío que manda flores. No soy de los que llama al día siguiente.
O eso pensaba hasta que una guapísima heredera, además de impaciente y mordaz, irrumpió en mi vida.
Cuando Grace Astor pone los ojos en blanco por algo que he dicho, lo que quiero es abrazarla bien fuerte y mostrarle lo que se ha estado perdiendo hasta ahora.
Cuando hace una broma a mi costa, solo quiero cerrarle esa boca descarada con mi lengua.
Y cuando se marcha con un simple adiós justo después de que hayamos follado, lo único que quiero es restregarle en su cara los tres orgasmos que acaba de disfrutar.
Ella será una princesa, pero yo le voy a dejar claro quién manda en este dormitorio de Park Avenue.
Hoy os traigo un libro que acaba de salir en librerías y que desde luego si sois amantes de la novela romántica, con toques de humor y drama, entonces es un libro que no os podéis perder.
El Príncipe de Park Avenue es lo último que llega a nuestro país de la autora Louise Bay y publicada bajo el sello de Phoebe Romántica, desde aquí agradecer el envío porque es una novela que he disfrutado mucho. Esta nueva historia pertenece a la serie de The Royals Collection, de la cual ya pudimos disfrutar hace unos meses con su primera entrega, El Rey de Wall Street.
Me ha encantado ver que en esta nueva historia no perdemos la pista de sus anteriores protagonistas, Max y Harper, y es que esta última es la mejor amiga de nuestra nueva protagonista, Grace Astor. Una mujer independiente, fuerte, que a pesar de haber tenido una vida fácil, ha decidido crear su propio camino, lejos de la sombra de su padre, un importante empresario.
Lo único que necesita Grace para ser feliz es su galería y sus cuadros, donde los sentimientos y las emociones se vuelcan en grandes lienzos. Tengo que decir que he aprendido más sobre artes, gracias a Grace, e incluso me he visto en la necesidad de a veces buscar los cuadros que aparecían, me he sentido quizás como nuestro protagonista, Sam Shaw. A primera vista puede parecer todo lo que su fachada indica, un hombre de negocios, que ha construido su imperio a través de contactos y buenas inversiones, pero quizás eso es lo que a simple vista quiere hacernos creer Sam.
La relación entre ambos comenzará quizás de la manera más sencilla, una coincidencia del destino. Sam se presentará en la galería de Grace con la intención de encontrar un nuevo negocio, la inversión en cuadros. Pero para lo que no estaba preparado, desde luego, es para conocer a Grace y sobre todo para descubrir lo que realmente emociona a esa mujer, siempre dispuesta a dar más de lo que tiene, y es que Grace tiene la mala costumbre de recomponer y potenciar a engreídos artistas.
Una mala relación hará que Grace se vea con la necesidad de aceptar el trato que le propone Sam Shawn, y este dará lugar a momentos muy sensuales, divertidos, llenos de complicidad, en los que poco a poco iremos conociendo los miedos e inseguridades de ambos. Y es que Sam tiene un pasado que aún le pesa demasiado y le impide abrirse a la gente, quizás la única que cuenta con ese favor es su mejor amiga Angie, una alocada mujer que está dispuesta a ayudarle a comprender lo que le es invisible a los ojos.
En el caso de Grace… definitivamente se verá incapaz de no caer en sus redes y es que Sam parece conocerla tan bien, como si el destino lo hubiera hecho a su medida, y eso es lo que sentí en cada una de sus páginas. A pesar de las idas y venidas de los dos, estaba claro que se complementaban a la perfección y haber podido leer cómo se iban descubriendo, creciendo y evolucionando ha hecho que la historia la devorara, pues necesitaba conocerlos cada vez más y más.
Tengo que decir que el resto de personajes secundarios ha sido el complemento ideal para esta historia, volver a leer sobre Harper y Max y descubrir cómo continúa su vida, ha sido todo un acierto, sobre todo para los lectores que hemos leído El Rey de Wall Street.
El ritmo de la novela es rápido y sencillo, con numerosos diálogos y lo mejor, la narración desde perspectivas de ambos personajes, Sam y Grace, lo que hace que ayude al lector a comprender mejor sus miedos, inseguridades, emociones y sentimientos.
En sí, El Príncipe de Park Avenue es una novela donde el romance está servido, con personajes que se entienden a la perfección y en la que se disfruta desde principio a fin. Y es que a veces, como dice Sam, solo es confiar y esperar...
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